La Patri dice: Hola a todos. He leído una entrada reciente sobre nuestra Semana Santa de otros tiempos y se me ha venido a la mente un recuerdo "exquisito".
La "madrugá" era una de las tres noches del año que nos dejaban pasar íntegramente fuera de casa, así es que estábamos deseando que llegara. Son dignas de recordar: caminatas, bares, frío, procesiones, risas, momento en que nos uníamos al acompañamiento de algún paso para entrar en la catedral, ...; pero yo destaco aquellas cenas en casa de Isabel antes de salir a patearnos las calles y, sobre todo, la rica empanada gallega que nos hacía y que nunca faltaba. Mmmmmmmmmmm, me encantaba. Un beso fuerte, Isabel.
La Almu:que memoria!. Ya había olvidado yo eso de la empanada. Esas veladas eran todo un acontecimiento, casi más esperado que la madrugá. La verdad es que hemos pasado mucho frío y algún que otro dolor de pies en esas noches pero merecía la pena, toda la noche fuera de casa. La Yedra era un clásico y cada año nos daba por un bar, ¿os acordais de aquel pequeño bar en la calle Caballeros?. Recuerdos maravillosos.
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