La Almu: son muchos los carnavales que hemos
vivido, cada uno con sus anécdotas correspondientes. Sin duda estos carnavales fueron especiales, no recuerdo el año exacto, calculo que sería el año 1999 porque fue a finales del 98 cuando tuvo lugar el desastroso huracán Mitch. Nunca un hecho tan desgraciado pudo provocar tantas risas. Carlos llevaba preparado su disfraz de monje pero en un momento de inspiración, salió a la calle llenó un platito con un poco de agua y arena y se volvió a la habitación, con el más absoluto secretismo se embarró la cara y el cuerpo, se lió en una manta,se calzó una única zapatilla, se colocó un poco de papel higiénico con mercromina en la frente y salió contando entre lágrimas como lo había perdido todo tras el paso del fatídico huracán, repitiendo "soy un damnificado del huracán Mitch".Toda esta situación causó más de una risa incontrolable, ¿verdad Isabel?. Para dormir celebramos un sorteo, yo tuve bastante suerte, aunque a pesar de disponer de una habitación solo para mí no pude disfrutar de intimidad total porque Carlos abrió la puerta en un mal momento y yo tuve que lanzarme a los pies de la cama para que no viese lo que no debía. Mimi por su parte pudo pasar la noche escuchando una banda sonora sin igual, los ronquidos de Antonio? y Carlos, aunque a ella no parecieron molestarle demasiado. ¿Os acordais del partido de futbol americano que nos marcamos en el patio de la casa?, era de madrugada y en febrero en la sierra el frío era intenso, pero eso no impidió que saliesemos fuera a practicar un poco de deporte, bueno la verdad es que íbamos un poco dopados. El disfraz escogido por la mayoría de los chicos fue el mismo, nosotras por nuestra parte improvisamos, Mimi eligió el disfraz de india, un poco cortito eh?, Isabel iba de ebrea, recuerdo que se lo hizo ella misma en un ratito, qué manitas, próximamente publicaré las fotos de otro carnaval en el que nos hizo el disfraz a todas, Nuria iba de hippie, aunque Carlos se empeñaba en decir que iba de "marigüachi" y yo de primavera personal, debía ser mi deseo de abandonar de una vez el frío invierno, tambien me lo hice yo, no debo jurarlo, porque la amiga perfeccionista tiene un defecto total, rechazo a la aguja, se hizo lo que se pudo.
En definitiva, una noche inigualable, inolvidable y 100% divertida, espero que con estas fotos recordeis un poco todo aquello y seguro que no podeis evitar una sonrisa. Pronto más carnales.
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