Según la Divina Comedia de Dante a los golosos se los obligaba a oler el aroma de la comida sin poder degustarla. ¡Ya sabes lo que os espera si pecais de gula!
LLenarse la panza, probar un poco de todo y luego dormir la siesta, ¡ eso si que es un placer de la vida! ¡ Tendrían que borrar ese pecado de la lista!
La Patri dice:
ResponderEliminarTienes toda la razón. En nuestro mundo la comida ha dejado de ser una necesidad para convertirse en un placer. No concebimos una reunión familiar, con amigos o en pareja si no va acompañada de unas buenas viandas. Y, aunque después la celulitis nos lleve al arrepentimiento, qué bueno es comer. ¡BON APPÉTIT!