LA ALMU DICE: Aquí se inició la leyenda del desplazado. En la Garganta Verde, el pobre chico, del que no recuerdo el nombre, se acercaba sigilosamente al grupo en un desesperado intento de ser aceptado como uno más. El muchacho de buenas intenciones se mimetizaba al grupo de excursionistas con su discreta gorrita, su bañador, su camiseta deportiva y una sonrisa complaciente.
En estas otras dos instantáneas se ve como progresivamente se fue integrando .En la primera se toma la libertad de poner los cuernos a uno de los intengrantes del grupo y ya en la segunda se siente uno más, incluso se agarra del brazo de uno de nosotros.
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